miércoles, 16 de septiembre de 2015

Erwina Ziomkowska







Erwina Ziomkowska muestra a la prenda de vestir como algo que en ocasiones se convierte en algo perjudicial o poco práctico en pro de las modas en este sentido.  La artista polaca trabaja con prendas y complementos representativos de la feminidad (corsés, zapatos de tacón, ropa interior, etcétera) revistiéndolos de una armadura de miles de alfileres que perforan toda la superficie de las prendas y zapatos.
Con ellas comunica visualmente el dolor que en ocasiones supone a las mujeres intentar encajar en las definiciones sociales de belleza. Las cabezas de los alfileres dan una apariencia brillante y agradable en la superficie pero, sin embargo, en el interior, los miles de aceros punzantes hacen que las prendas sean peligrosas e inservibles.

Esta dialéctica creada entre la apariencia exterior y un interior amenazador codifica en sus obras un tipo de perversión, donde lo simbólico se abre a posibilidades extremas de interpretación que caminan entre el placer y el dolor, lo femenino y lo punzante, la pasión y el martirio. Una ceremonia sadomasoquista que puede localizar su atractivo entre la belleza y el sufrimiento.